viernes, 3 de mayo de 2013

A propósito de los encapuchados

Parece haberse resuelto la primera parte del conflicto que estuvo en boca de los universitarios y de los medios de comunicación. Los individuos “encapuchados” que mantuvieron tomada la torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México por doce días desocuparon las instalaciones ocupadas el pasado 1 de mayo en la mañana, el desalojo, según se ha dicho, se dio gracias a que los “encapuchados” accedieron al dialogo ofrecido por las autoridades universitarias agendado para el próximo 9 de mayo.
Estamos frente a un caso que desde un principio fue poco claro, no sólo entre los medios sino también entre los participantes mismos y la comunidad universitaria. Por otro lado resulta difícil verlo como un caso aislado pues surgió al mismo tiempo que en estados como Guerrero y Oaxaca las protestas de miembros de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación han ido aumentando en número y acciones.
Me encontraba fuera de la ciudad cuando me enteré que el viernes 19 de mayo un grupo de personas, encapuchadas, supuestamente alumnos del CCH habían tomado las instalaciones del edificio administrativo más importante de la Universidad. El lunes al salir de clases me dirigí al lugar de los hechos para ver qué podía ver y escuchar, pero me encontré con un desorden pues había distintos grupos en los alrededores del edificio que planteaban cosas distintas, unos decían apoyar, otros estar en contra, otros convocaban a una asamblea para fijar posturas. Mientras tanto los encapuchados estaban sentados viendo el movimiento y esperando el momento para hacer un anuncio: “Dejaremos las instalaciones si se cubren 3 puntos de nuestro pliego: 1) Diálogo con las autoridades; 2) No represalias contra nosotros; 3) Cancelación de la expulsión de los 5 compañeros del CCH Naucalpan” las reacciones fueron diversas, al mencionar los puntos 2 y 3 hubo quienes chiflaron y gritaron que estaban inconformes, pero otro grupo dentro de la multitud salió en defensa de los inconformes y mostraron su apoyo, los ánimos se calentaron sin llegar a nada más que intercambio de palabras. En la torre había mantas en las que se planteaba un rechazo a los llamados “12 puntos” que son parte de la reforma al plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades, otras piden “fuera el Banco Mundial de la UNAM”, otros abogan por la “no privatización de la educación”, otros piden no represión ni criminalización, una pinta llama a la “desobediensia (sic.)” y en lo personal no veo coherencia en las peticiones y no veo claridad en sus peticiones.
Para el jueves las peticiones se han reducido a dialogo y no persecución de los “encapuchados”.
El lunes se ha sumado una manta en la que exigen que se aclare el asesinato de Carlos Sinuhé Cuevas, que aseguran fue asesinado por el estado, siendo que las investigaciones siguen en curso y parece más bien haber sido por otra causa (http://www.proceso.com.mx/?p=286886). Me pregunto ¿qué tiene que ver el asesinato de Carlos con la toma, supuestamente para hablar de la reforma al plan de estudios del CCH?
Veo que el grupo que tiene tomada Rectoría y los grupos que los apoyan piden diálogo pero no son tan tolerantes como dicen ser. En las ocasiones que estuve en el lugar invariablemente había discusiones entre dos posturas: apoyo y rechazo a los actos. Pero lo que prevalecía era que si alguien se manifestaba en contra, le recriminaba el otro grupo y le decían “porro”, “reaccionario”, “te mandó Narro” o “te dejas manipular”. Si alguien pedía diálogo recibía respuestas como la siguiente: una persona preguntó “¿Sólo quiero saber de qué CCH o facultad son? [dirigiéndose a los encapuchados]”, los que tenían tomado el edificio no contestaron y una persona que los apoyaba respondió: “Qué importa en dónde estudien, son seres humanos y no los quieren escuchar”. Es difícil poder entablar una conversación con personas que tienen una lógica de “si no piensas como nosotros eres un pendejo”, están dispuestos a hablar si coincides en lo que piensan, sino te ignoran pues consideran que eres un “porro” o un “pagado”.
Montserrat, compañera de carrera habló con uno de los encapuchados y al respecto me comentó lo siguiente:
“Dicen ser una bandada que se desvió al terminar la marcha del viernes, leyeron su pliego petitorio y como no les hicieron caso y les cerraron rectoría, decidieron entrar. Al preguntarle qué piden, me dijo que están en contra de que cambien el plan de estudios de CCH, porque les reducen horas a costa de otras materias. Dijo que llevan un año intentando llamar la atención de los compañeros y pocos los pelaban y que tienen apoyo, pero no se dieron a la tarea de informar el por qué de sus actos hasta hace no mucho (el martes en la tarde, cuando sintieron a los federales llegar).”
En el movimiento cotidiano uno veía un grupo permanente en la ocupación, pero otras personas, igualmente encapuchadas, entraban y salían libremente de la zona. Igualmente el día lunes 29 presencié cómo un sujeto les llevó unos tamales, salió y se fue campante por “las islas” sin ser perseguido ni nada.
En la Facultad de Filosofía y Letras predominaba un ambiente de indiferencia. Si bien entre los compañeros cercanos se manifestaba un rechazo a la decisión de la forma en que se buscó manifestarse, no se veía un interés por buscar alguna alternativa. El día martes 23 en la noche llegó un e-mail en el que se invitaba a los alumnos que lo desearan, firmar un documento en el que se manifestaba el rechazo a la toma de las instalaciones de rectoría. Sólo dos profesores tocaron el tema; Ricardo Gamboa (profesor que fuera participante de importancia en el movimiento de 1968) mostró rechazo a la decisión y dijo que podían tratarse de grupos que buscan dañar la imagen de la UNAM y esa mala imagen podría ser usada en contra para buscar cosas como la privatización de la institución. Por otro lado la Dra. Guadalupe Avilez mostró un rechazo a la toma y dijo que respeta cualquier opinión pero que no se vale que se lleven ese tipo de acciones, dijo que ella daba su opinión cara a cara, de frente y que nos invitaba como estudiantes a no permitir que un pequeño grupo, probablemente ajeno a la universidad, dañe la imagen de nuestra institución.
El martes 30 de abril se dialogó en una clase sobre el tema por iniciativa del profesor. En la clase todas las opiniones expresadas  fueron de rechazo a la toma y se hicieron varias propuestas como que se juntara un grupo de estudiantes para ir a sacarlos o que se respaldara la entrada de la policía federal. Se dijo que la autonomía que goza la UNAM es de carácter institucional y que entrara la policía a desalojar el edificio no viola la autonomía, sin embargo que eso podría tener un costo político alto y sería mejor evitarlo. El profesor comentó que la decisión que se tomara debería ser pensada y no realizada por impulso. Al final de la clase se vio un rechazo casi generalizado pero no se logró hacer una propuesta convincente para manifestar el rechazo.
Coincidencia o no, los inconformes deciden desalojar el edificio tomado el 1 de mayo, día que no hay labores en la universidad. Es muy interesante que el desalojo se diera de forma tan súbita y sin mucho “ruido”, es decir, los inconformes dejaron el lugar sin exigir nada más y no hubo quejas ni nada.
Sigue siendo incógnita por qué decidieron salirse tan súbitamente, pues el diálogo les fue ofrecido desde el principio, a cambio de que desalojaran el edificio. Coincide que al día siguiente llegó Barak Obama a la ciudad y entre otras cosas acordó con Enrique Peña Nieto cooperar en materia de educación (http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/05/02/897144).
Al irse del edificio, los manifestantes dijeron que la toma fue por los 12 puntos y no por los expulsados (yo, como ya dije, el día 21 escuché que uno de sus puntos era eso y había mantas que lo decían). Pero, ¿realmente se trata de los 12 puntos?, una compañera escribió al respecto un artículo que recomiendo ampliamente, en el menciona que
“Así, la construcción de reformas a los CCHs sí ha tomado en cuenta a los estudiantes: sus necesidades, sus propuestas y comentarios. Y más importante, éste sigue en proceso. La consulta sobre la modificación del plan de estudios fue extendida hasta el 30 de noviembre producto de los acuerdos entre la directora del CCH Rocío Laura Muñoz Corona y quienes tenían tomada la dirección del CCH en febrero.
¿Cuál es entonces el sentido de las protestas de quienes tienen tomada la rectoría de la UNAM a los 12 puntos en específico (que ya ni siquiera son 12)? La comunidad de los CCHs puede no sentirse identificada con sus directivos y representantes; en ese caso, pueden articular propuestas de métodos de participación más incluyentes y justos. Del mismo modo, sería válido exigir la correcta implementación de las reformas a los CCHs en caso de que no se hiciera. Reformar los CCHs es un tema importante, por lo que calificar la conformación de estas propuestas de antidemocráticas y expresar su rechazo de manera generalizada, entre acciones violentas y otras demandas poco fundamentadas, diluye lo que detrás del reclamo pueda haber de certero y verdaderamente transformador.”
No puede dejarse de preguntar qué buscan esos grupos. El problema mayor es que ni siquiera ellos son claros al momento de plantear sus propuestas o peticiones. Parte del discurso es el de la privatización de la educación –discurso también utilizado en las protestas de maestros- pero el problema es que es un punto que, por lo menos por el momento no se está planteando en ninguno de los dos casos. En una buena lectura de la situación, Sergio Sarmiento planteó que: “Los encapuchados que han tomado la Rectoría de la UNAM afirman que se oponen a la privatización de la educación. Son, sin embargo, sus principales promotores.”.  Recomiendo leer el artículo completo.
Otro punto interesante es que, como comenté hace un momento, la toma de rectoría da una mala imagen de la UNAM. Después de la Huelga del 99 era común ver en los periódicos anuncios en que se anunciaba una oferta de empleo que especificaba “no UNAM” ya que se creía que todos sus alumnos eran “revoltosos”. Por otro lado puede facilitar un intento de privatización, como dice Sarmiento, pues se dan elementos para que grupos digan “ven, esa institución está podrida, no pueden con ella, vendámosla, para qué darle presupuesto”
Javier Flores apunta algo importante: “En mi opinión, estos grupos hacen el juego a los sectores más conservadores del país, que buscan acallar o dañar a las instituciones de educación superior públicas, como la UNAM, que representa un modelo de educación superior pública, gratuita, laica y de masas con alta calidad académica, en la que se discuten con libertad y se buscan soluciones a los grandes problemas nacionales.”
Un punto importante es el modo en que se manejó la información en lo medios. Aunque los encapuchados dicen que estaban en su contra, era la voz que más se escuchaba pues en las coberturas predominaba lo que ellos decían o hacían. Pocas veces se vieron otras opiniones.
Hoy el rector Narro dijo que no se retirarán las denuncias realizadas antes la PGR aseverando que “la universidad no quiere profundizar problemas, pero tampoco quiere que esto quede en la impunidad”. (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/05/03/102812683-reitera-narro-que-no-se-retiraran-denuncias-contra-quienes-tomaron-rectoria)
Y en la mañana se dio a conocer que con las primeras revisiones de las instalaciones se corroboró que hubo saqueo, esto lo comentan algunos trabajadores como puede verse en esta nota (http://www.eluniversal.com.mx/notas/920653.html?fb_comment_id=fbc_122296024636567_48171_122444411288395#f99d5844c). Sin embargo no sería raro, ni la primera vez que los responsables sean detenidos pero salgan al poco tiempo.
Debido al espacio he tratado de poner lo que me parece más importante pero reconozco que he dejado algunos puntos de lado. Creo que no podemos ver la toma de Rectoría como un hecho aislado o una mera ocurrencia. Sin querer sonar conspiracionista, creo que no son personas que se me muevan por sí solas sino que hay algún interés político detrás. No se trata de criminalizar cualquier protesta, pero creo que con lo mencionado anteriormente, podemos ver que no hay claridad en los puntos que manifiestan, surge en un momento en que hay otras protestas operando de manera similar en otros puntos del país. Esperemos qué pasa pues el caso aún no se cierra, falta ver la acción legal contra los responsables de los actos fuera de la ley y ver si se lleva a cabo el dialogo con las autoridades en qué términos se da y si se logra algo.
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http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2012/11/61392.php

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