Parece haberse resuelto la
primera parte del conflicto que estuvo en boca de los universitarios y de los
medios de comunicación. Los individuos “encapuchados” que mantuvieron tomada la
torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México por doce días
desocuparon las instalaciones ocupadas el pasado 1 de mayo en la mañana, el
desalojo, según se ha dicho, se dio gracias a que los “encapuchados” accedieron
al dialogo ofrecido por las autoridades universitarias agendado para el próximo
9 de mayo.
Estamos frente a un caso que
desde un principio fue poco claro, no sólo entre los medios sino también entre
los participantes mismos y la comunidad universitaria. Por otro lado resulta
difícil verlo como un caso aislado pues surgió al mismo tiempo que en estados
como Guerrero y Oaxaca las protestas de miembros de la Confederación Nacional
de Trabajadores de la Educación han ido aumentando en número y acciones.
Me encontraba fuera de la ciudad
cuando me enteré que el viernes 19 de mayo un grupo de personas, encapuchadas,
supuestamente alumnos del CCH habían tomado las instalaciones del edificio
administrativo más importante de la Universidad. El lunes al salir de clases me
dirigí al lugar de los hechos para ver qué podía ver y escuchar, pero me
encontré con un desorden pues había distintos grupos en los alrededores del
edificio que planteaban cosas distintas, unos decían apoyar, otros estar en
contra, otros convocaban a una asamblea para fijar posturas. Mientras tanto los
encapuchados estaban sentados viendo el movimiento y esperando el momento para
hacer un anuncio: “Dejaremos las instalaciones si se cubren 3 puntos de nuestro
pliego: 1) Diálogo con las autoridades; 2) No represalias contra nosotros; 3)
Cancelación de la expulsión de los 5 compañeros del CCH Naucalpan” las
reacciones fueron diversas, al mencionar los puntos 2 y 3 hubo quienes
chiflaron y gritaron que estaban inconformes, pero otro grupo dentro de la
multitud salió en defensa de los inconformes y mostraron su apoyo, los ánimos
se calentaron sin llegar a nada más que intercambio de palabras. En la torre
había mantas en las que se planteaba un rechazo a los llamados “12 puntos” que
son parte de la reforma al plan de estudios del Colegio de Ciencias y
Humanidades, otras piden “fuera el Banco Mundial de la UNAM”, otros abogan por
la “no privatización de la educación”, otros piden no represión ni
criminalización, una pinta llama a la “desobediensia (sic.)” y en lo personal no veo coherencia en las peticiones y no
veo claridad en sus peticiones.
Para el jueves las peticiones se
han reducido a dialogo y no persecución de los “encapuchados”.
El lunes se ha sumado una manta
en la que exigen que se aclare el asesinato de Carlos Sinuhé Cuevas, que
aseguran fue asesinado por el estado, siendo que las investigaciones siguen en
curso y parece más bien haber sido por otra causa (http://www.proceso.com.mx/?p=286886).
Me pregunto ¿qué tiene que ver el asesinato de Carlos con la toma,
supuestamente para hablar de la reforma al plan de estudios del CCH?
Veo que el grupo que tiene tomada
Rectoría y los grupos que los apoyan piden diálogo pero no son tan tolerantes
como dicen ser. En las ocasiones que estuve en el lugar invariablemente había
discusiones entre dos posturas: apoyo y rechazo a los actos. Pero lo que
prevalecía era que si alguien se manifestaba en contra, le recriminaba el otro
grupo y le decían “porro”, “reaccionario”, “te mandó Narro” o “te dejas
manipular”. Si alguien pedía diálogo recibía respuestas como la siguiente: una
persona preguntó “¿Sólo quiero saber de qué CCH o facultad son? [dirigiéndose a
los encapuchados]”, los que tenían tomado el edificio no contestaron y una
persona que los apoyaba respondió: “Qué importa en dónde estudien, son seres
humanos y no los quieren escuchar”. Es difícil poder entablar una conversación
con personas que tienen una lógica de “si no piensas como nosotros eres un
pendejo”, están dispuestos a hablar si coincides en lo que piensan, sino te ignoran
pues consideran que eres un “porro” o un “pagado”.
Montserrat, compañera de carrera
habló con uno de los encapuchados y al respecto me comentó lo siguiente:
“Dicen ser una bandada que se
desvió al terminar la marcha del viernes, leyeron su pliego petitorio y como no
les hicieron caso y les cerraron rectoría, decidieron entrar. Al preguntarle qué
piden, me dijo que están en contra de que cambien el plan de estudios de CCH,
porque les reducen horas a costa de otras materias. Dijo que llevan un año
intentando llamar la atención de los compañeros y pocos los pelaban y que tienen
apoyo, pero no se dieron a la tarea de informar el por qué de sus actos hasta
hace no mucho (el martes en la tarde, cuando sintieron a los federales llegar).”
En el movimiento cotidiano uno
veía un grupo permanente en la ocupación, pero otras personas, igualmente encapuchadas,
entraban y salían libremente de la zona. Igualmente el día lunes 29 presencié
cómo un sujeto les llevó unos tamales, salió y se fue campante por “las islas”
sin ser perseguido ni nada.
En la Facultad de Filosofía y
Letras predominaba un ambiente de indiferencia. Si bien entre los compañeros
cercanos se manifestaba un rechazo a la decisión de la forma en que se buscó
manifestarse, no se veía un interés por buscar alguna alternativa. El día
martes 23 en la noche llegó un e-mail en el que se invitaba a los alumnos que
lo desearan, firmar un documento en el que se manifestaba el rechazo a la toma
de las instalaciones de rectoría. Sólo dos profesores tocaron el tema; Ricardo
Gamboa (profesor que fuera participante de importancia en el movimiento de
1968) mostró rechazo a la decisión y dijo que podían tratarse de grupos que
buscan dañar la imagen de la UNAM y esa mala imagen podría ser usada en contra
para buscar cosas como la privatización de la institución. Por otro lado la
Dra. Guadalupe Avilez mostró un rechazo a la toma y dijo que respeta cualquier
opinión pero que no se vale que se lleven ese tipo de acciones, dijo que ella
daba su opinión cara a cara, de frente y que nos invitaba como estudiantes a no
permitir que un pequeño grupo, probablemente ajeno a la universidad, dañe la
imagen de nuestra institución.
El martes 30 de abril se dialogó
en una clase sobre el tema por iniciativa del profesor. En la clase todas las
opiniones expresadas fueron de rechazo a
la toma y se hicieron varias propuestas como que se juntara un grupo de
estudiantes para ir a sacarlos o que se respaldara la entrada de la policía federal.
Se dijo que la autonomía que goza la UNAM es de carácter institucional y que
entrara la policía a desalojar el edificio no viola la autonomía, sin embargo
que eso podría tener un costo político alto y sería mejor evitarlo. El profesor
comentó que la decisión que se tomara debería ser pensada y no realizada por
impulso. Al final de la clase se vio un rechazo casi generalizado pero no se
logró hacer una propuesta convincente para manifestar el rechazo.
Coincidencia o no, los
inconformes deciden desalojar el edificio tomado el 1 de mayo, día que no hay
labores en la universidad. Es muy interesante que el desalojo se diera de forma
tan súbita y sin mucho “ruido”, es decir, los inconformes dejaron el lugar sin
exigir nada más y no hubo quejas ni nada.
Sigue siendo incógnita por qué
decidieron salirse tan súbitamente, pues el diálogo les fue ofrecido desde el
principio, a cambio de que desalojaran el edificio. Coincide que al día
siguiente llegó Barak Obama a la ciudad y entre otras cosas acordó con Enrique
Peña Nieto cooperar en materia de educación (http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/05/02/897144).
Al irse del edificio, los
manifestantes dijeron que la toma fue por los 12 puntos y no por los expulsados
(yo, como ya dije, el día 21 escuché que uno de sus puntos era eso y había
mantas que lo decían). Pero, ¿realmente se trata de los 12 puntos?, una
compañera escribió al respecto un artículo que recomiendo ampliamente, en el
menciona que
“Así, la construcción de reformas
a los CCHs sí ha tomado en cuenta a los estudiantes: sus necesidades, sus
propuestas y comentarios. Y más importante, éste sigue en proceso. La consulta
sobre la modificación del plan de estudios fue extendida hasta el 30 de
noviembre producto de los acuerdos entre la directora del CCH Rocío Laura Muñoz
Corona y quienes tenían tomada la dirección del CCH en febrero.
¿Cuál es entonces el sentido de
las protestas de quienes tienen tomada la rectoría de la UNAM a los 12 puntos
en específico (que ya ni siquiera son 12)? La comunidad de los CCHs puede no
sentirse identificada con sus directivos y representantes; en ese caso, pueden
articular propuestas de métodos de participación más incluyentes y justos. Del
mismo modo, sería válido exigir la correcta implementación de las reformas a
los CCHs en caso de que no se hiciera. Reformar los CCHs es un tema importante,
por lo que calificar la conformación de estas propuestas de antidemocráticas y
expresar su rechazo de manera generalizada, entre acciones violentas y otras
demandas poco fundamentadas, diluye lo que detrás del reclamo pueda haber de
certero y verdaderamente transformador.”
No puede dejarse de preguntar qué
buscan esos grupos. El problema mayor es que ni siquiera ellos son claros al momento
de plantear sus propuestas o peticiones. Parte del discurso es el de la
privatización de la educación –discurso también utilizado en las protestas de
maestros- pero el problema es que es un punto que, por lo menos por el momento
no se está planteando en ninguno de los dos casos. En una buena lectura de la
situación, Sergio Sarmiento planteó que: “Los encapuchados que han tomado la
Rectoría de la UNAM afirman que se oponen a la privatización de la educación.
Son, sin embargo, sus principales promotores.”.
Recomiendo leer el artículo completo.
Otro punto interesante es que,
como comenté hace un momento, la toma de rectoría da una mala imagen de la
UNAM. Después de la Huelga del 99 era común ver en los periódicos anuncios en
que se anunciaba una oferta de empleo que especificaba “no UNAM” ya que se
creía que todos sus alumnos eran “revoltosos”. Por otro lado puede facilitar un
intento de privatización, como dice Sarmiento, pues se dan elementos para que
grupos digan “ven, esa institución está podrida, no pueden con ella,
vendámosla, para qué darle presupuesto”
Javier Flores apunta algo
importante: “En mi opinión, estos grupos hacen el juego a los sectores más
conservadores del país, que buscan acallar o dañar a las instituciones de educación
superior públicas, como la UNAM, que representa un modelo de educación superior
pública, gratuita, laica y de masas con alta calidad académica, en la que se
discuten con libertad y se buscan soluciones a los grandes problemas
nacionales.”
Un punto importante es el modo en
que se manejó la información en lo medios. Aunque los encapuchados dicen que estaban
en su contra, era la voz que más se escuchaba pues en las coberturas
predominaba lo que ellos decían o hacían. Pocas veces se vieron otras
opiniones.
Hoy el rector Narro dijo que no
se retirarán las denuncias realizadas antes la PGR aseverando que “la
universidad no quiere profundizar problemas, pero tampoco quiere que esto quede
en la impunidad”. (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/05/03/102812683-reitera-narro-que-no-se-retiraran-denuncias-contra-quienes-tomaron-rectoria)
Y en la mañana se dio a conocer
que con las primeras revisiones de las instalaciones se corroboró que hubo
saqueo, esto lo comentan algunos trabajadores como puede verse en esta nota (http://www.eluniversal.com.mx/notas/920653.html?fb_comment_id=fbc_122296024636567_48171_122444411288395#f99d5844c).
Sin embargo no sería raro, ni la primera vez que los responsables sean detenidos
pero salgan al poco tiempo.
Debido al espacio he tratado de
poner lo que me parece más importante pero reconozco que he dejado algunos
puntos de lado. Creo que no podemos ver la toma de Rectoría como un hecho
aislado o una mera ocurrencia. Sin querer sonar conspiracionista, creo que no
son personas que se me muevan por sí solas sino que hay algún interés político
detrás. No se trata de criminalizar cualquier protesta, pero creo que con lo
mencionado anteriormente, podemos ver que no hay claridad en los puntos que
manifiestan, surge en un momento en que hay otras protestas operando de manera
similar en otros puntos del país. Esperemos qué pasa pues el caso aún no se
cierra, falta ver la acción legal contra los responsables de los actos fuera de
la ley y ver si se lleva a cabo el dialogo con las autoridades en qué términos
se da y si se logra algo.
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http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2012/11/61392.php
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